Una persona puede ser muchas cosas y servidora, entre otras, es infértil y tuvo a su hijo gracias a una FIV. Como hablar de las cosas que nos pasa a las mujeres parece que no esté bien visto, pensaba que no conocía a nadie en mi situación (¡inocente!) y busqué información en las redes. De ahí llegué a Twitter donde una comunidad de mujeres se da apoyo solo usando el hashtag #infertilpandy. No hay webs oficiales, ni estatutos, ni presidentas de esta nuestra comunidad. Hay una red informal e incondicional de apoyo de la que, de alguna manera, no sales nunca. Total, me creé otra cuenta de Twitter y por allí sigo, hablando antes de infertilidad y ahora de mis miserias intentando conciliar.
Después de varios años (el hashtag se inventó allá por 2013) ha pasado lo inevitable: que una mente privilegiada ha registrado el user @infertilpandy y el dominio www.infertilpandy.com con la presunta buena intención de ofrecer información y un foro donde la gente se apoye. Una gran idea si se hubiera contado con las personas que forman parte de esa comunidad virtual, pero de eso nada.
En cuestión de un par de horas se lía parda entre las usuarias de la etiqueta (entre ellas, yo), que consideran que nadie debía apropiarse de ese nombre para hacer negocio porque la web, oh sorpresa, ya incluye publicidad. Los datos del whois son anónimos y no hay aviso legal, algo que tampoco parece muy normal. Pero bueno, creeremos en las explicaciones y la presunción de inocencia digital.
La persona que teóricamente está detrás de este foro explica por varias vías que ella (también es presuntamente mujer) solo quiere ayudar y no lucrarse, pero acaba diciendo que tiene una tienda de tests de embarazo y ovulación. Que, of course, todo es muy lícito, pero también muy torpe. No hay como arrancar un proyecto soliviantando a su target potencial. Desde mi total desconocimiento de este proyecto, esto suena totalmente a: necesitamos incrementar las ventas de xx producto porque hemos comprado chorrocientosmil tests y los tenemos muertos de asco. Fulanita, ponte a buscar qué podemos hacer. Fulanita, súper aplicada, encuentra la #infertilpandy, lo cuenta y se dan cuenta de que no hay nada registrado. ¡Blanco y en botella! Lo tenemos a huevo, nos comemos la comunidad.
No voy a entrar en detalles de camaradería infértil ni nada por el estilo, pero sí hago una lectura bastante sencilla de este tema en clave de marketing digital para dummies:
- Cuando quieres dirigirte a un público, debes tratarlo con respeto, sobre todo cuando es un público sensible que vive o ha vivido cosas que no son precisamente agradables. Preguntar, por ejemplo, es una buena forma de introducirse.
- Por mucho que un concepto no esté registrado, no es una invitación a que nos lo comamos con patatas. ¡En cuántas reuniones hemos estado tentados de hacerlo! Pero el sentido común siempre gana. Si lo hacemos, nos arriesgamos precisamente a que las personas que usan esta etiqueta o esta idea se sientan incluso ‘robadas’.
- Si la liamos, no pasa nada por rectificar. En este caso, y después de varias horas de enzarzarse, pareció que intentaban rectificar pero la guerra siguió abierta y terminaron borrando todo el contenido de la web. De momento. Moraleja, mejor intentar no cagarla desde el principio.
Y con esto y un bizcocho, intentaré volver a escribir sobre marketing alguna vez pero lo de conciliar me tiene totalmente enajenada.